La hermosa habitación

Es un hotel antiguo. Es agradable. Se trata de una antigua casa/residencia alojamiento. Las habitaciones (al menos la que me tocó a mí son grandes y espaciosas). Son confortables y limpias. El desayuno es caro pero abundante. El lugar para desayunar es muy confortable y acogedor. La persona que atiende es muy amable y todo los productos eran de calidad, algunos de ellos caseros como las mermeladas y algunas tartas típicas de la zona. Lo que menos me gustó fue el café. No es casero, sino de máquina, pero no está malo.

No se trata de un hotel malo, pero la ubicación es pésima. No está lejos del centro de Rouen pero está bastante apartado y lo que es peor es la cuesta tan empinada que hay que subir. El estar apartado del centro, plantea muchos problemas prácticos (si se te ha olvidado algo, es costoso pensar en la cuesta y el tiempo para volver). Por la noche da algo de miedo porque sin ser una mala zona, tampoco es de las mejores de la ciudad y está bastante solitaria. Para una mujer sola impresiona. De vuelta por la noche, sin ser demasiado tarde, en mi caso, preferí coger un taxi antes de subir la cuesta sola en un sitio tan solitario. Sería un hotel bonito y actualizado si estuviera reformado. Debía de ser un casa antigua individual bastante grande que con el tiempo se reconvirtió en hotel, pero sin reforma alguna, lo que hace que el hotel se haya quedado desfasado. Nadie me advirtió que cerraban la puerta principal de la casa en ciertas horas, así que cuando llegué a las 4 de la tarde con las maletas, me encontré con la puerta cerrada con el susto correspondiente porque nadie me abría después de llamar varias veces. Al final me abrieron y me explicaron que cerraban el hotel a la hora de comer. Por la noche y el resto del día no hay problema porque te dan una llave para tu uso personal.

Se trata de un hotel aceptable en Rouan. La recepcionista que quería practicar español fue encantadora y nos ayudó mucho. No destaca por nada en especial pero tampoco está mal.

Teníamos reservada plaza de parking pero cuando llegamos estaba lleno. Tuvimos que aparcar fuera y no nos cobraron el parking que habíamos pagado previamente. No había problema porque habia espacios fuera pero habia que salir antes de las 9,30 para evitar multas.

Está situado en el centro pero en una colina con lo que para visitar la ciudad andando es un poco incómodo ya que la vuelta es toda de subida. El Hotel es fantástico, el trato estupendo, dispuestos a ayudar. El desayuno muy buen y la habitación familiar muy grande y cómoda.

La ducha era de hidromasaje pero sólo guncionaba como ducha normal, muy buena de todas firmas.